Notas sobre los finales

Hace poco… ¡Por fin! Terminé de escribir una historia y  me tomó mucho trabajo… aunque si soy honesta… creo que pude haberla terminado antes.

Poner puntos finales es difícil. Estos suenan a consejo de auto ayuda y entiendo que en la vida necesitamos terminar con ciertas situaciones, pero cuando hablamos de historias… Cuando pienso en las historias que escribo, no sé cuando tengo que poner un punto final.

Me encariño demasiado con mis propios personajes. Y ya sé, que técnicamente mi ultima historia es un fanfic, pero defiendo mi punto de que siempre que escribo un fanfiction es justamente por el cariño que le tengo a los personajes. Así que hacerlos sufrir o hacerlos pasar por situaciones necesarias para que las historias sean “creíbles” dentro de su propio mundo… pues es, hasta cierto punto, incomodo.

El capitulo final de Rosas rojas y zafiros (Sí, así se llama mi historia, pueden encontrarla aquí) Fue… un capitulo largo… el más largo de toda la historia… Pensé en dividirlo, pero… creo que condensa bien el miedo humano y la alegría de estar con alguien.

Al ser una historia por capítulos y con algunos lectores a cuestas, creo que había un miedo extra: ¿Y si no les gusta a los lectores? ¿Y si escribo el punto final y alguien esperaba otra cosa?

¿Existe el final perfecto de algo? ¿En realidad, existen los finales?

Por mucho tiempo creí que la muerte era el final perfecto. No hay más. No existe nada. Sin embargo, la muerte puede ser el inicio de otra historia, un in medias res, es una oportunidad nueva.

No estoy segura de que esto sea así en la vida real y, no me entusiasma, ni me interesa comprobarlo.

No obstante, qué maravilla pensar en todas esas hermosas e infinitas oportunidades que nos permite la escritura, porque inclusive después de un punto final la historia continua, mientras alguien la lea y la (re)imagine.

PD. Si alguno de mis lectores anda por aquí, siento la tardanza.

Con cariño,

💜 Geli.

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