El POST del regreso
Hay ausencias que son demasiado largas y que no sabes como deberías enfrentarlas cuando regresas a esos lugares de los que por alguna razón huiste. Es irónico, sin duda, considerando que bueno… Este blog lo hice para mí. Puedo decir ahora que en realidad mis exceptivas, tal vez, fueron demasiado altas, pero siempre lo han sido, no es algo nuevo.
Creo que la manera en la que lo he visto es más que un deber conmigo, se volvió una forma de… querer conectar con el mundo. En realidad, tiene sentido. Los diarios son personales, pero un blog, nunca sabes en manos de quien puede caer, quien puede encontrarlo y a pesar de eso está en línea, justamente para eso, para que alguien lo lea.
¿Qué puedo decir?
Cada mes, al menos, recuerdo que este blog existe y me digo que voy a planear una publicación… ya tengo una lista, algunas notas y cosas escritas, guardadas y eliminadas en diferentes carpetas antes de que siquiera pasaran al procesador de textos.
Todas ellas son distintas y el único hilo conductor que hay soy yo, creo. Tal vez si me hubiese atrevido a publicarlos, ya habría encontrado un nicho. ¿Ven? Aquí están de nuevo las expectativas demasiado altas, el querer conectar con alguien, una audiencia… Si lo pienso un poco más me doy cuenta de que, bueno… al final la forma en la que estamos aquí en la red es esta, conectamos a través de una personalidad curada y yo no sé curar mis gustos, sin exponer demasiado quien soy… o tal vez sí puedo, aunque sólo podría tener la certeza de esto si ya hubiese publicado algo.
Como verán, aquí está la explicación de una larga ausencia. El miedo de que las cosas que aquí escribo al final armen el rompecabezas de lo que soy.
Eso o, tal vez, simple procrastinación.
Quizá solo carezco de pasión, aunque yo diría que tengo demasiadas y mi corazón no es tan generoso como para sólo dedicar tiempo a una sola.
En fin.
¡Estoy de vuelta!
Hoy, en año nuevo… ¿Año nuevo, vida nueva? Lugar común, aunque uno muy válido, por otro lado, el miedo a ser descubierto entre las líneas es uno grande y uno que siempre ha estado ahí. Si he de sincerarme, bueno… me da miedo decepcionar a Wilde, después de todo, Basil Hallward le dice a Lord Henry Wotton en El Retrato de Dorian Gray: “Un artista debería crear cosas hermosas, pero en ellas no debe poner nada de su propia vida. Vivimos en una época en la que los hombres tratan al arte como si debiera ser una forma de autobiografía. Hemos perdido sentido de la belleza.”
Por su puesto, hay una gran arrogancia de mi parte en llamarme a mi misma artista, cuando sería lo que algunos llaman diletante.
Por ahora, con humildad, si es que tengo alguna, aquí esta este primer post del año.
Gracias por leer y que nuestros miedos se vuelvan amigos con los que podamos tomar un trago.
______
Wilde, Oscar. El retrato de Dorian Gray. Traducido por Mauro Armiño, Editorial Austral, versión para Kindle.