Sobre el nombre, el todo y nadas.
Cuando escogí el nombre de este blog, no sé que esperaba. Lejos de todo lo que recomiendan las personas, decidí que era mejor simplemente ponerle nombre de algo que me gustaba. ¿me gustan las galaxias? Bueno, me gusta la idea de un universo, desde el aspecto científico, ese que habla de una constante expansión, con un montón de cosas que no entiendo y que, en este momento, no me interesa saber; hasta la metáfora de un todo. Me gustaría usar la palabra infinito, pero estoy segura de que alguien ya me la ha arruinado con la idea de “infinitos infinitos” ¿o era finitos infinitos? Bueno, sé que esto existe y que los números tienen que ver en y que podrían explicarlo…
¿Ven? Al hablar de universos y galaxias siento que podría hablar de todo y de nada
Sin embargo, también me hace sentir humilde. Una galaxia que es apenas una pequeña parte del todo, de aquel basto Universo.
Por su puesto, también tenemos a las estaciones… primavera, verano, otoño, invierno. En este momento desconozco si hay algo parecido a las estaciones en el universo, si las hay, supongo que se medirán a escalas de años de las que no viviré ni un segundo, no obstante es reconfortante pensar en los cambios de la Tierra, ver como el color del cielo cambia en el atardecer según las horas del día; sentir el viento más frío y algo cortante durante las noches de enero, que el de las noches en octubre con olor a una lluvia que no pasa; ver los árboles cambiar su follaje… Es cierto que en dónde vivo los cambios apenas son notorios, en especial ahora que el cambio climático ha cobrado más fuerza, ya no estoy segura de la estación en la que estoy viviendo… Me gustaría decir que el clima está confundido, pero, lo cierto, es que la única confundida soy yo. Al final, de la misma manera en la que hay grandeza en el Universo, creo que hay grandeza en la Tierra, ella se adapta, nosotros somos los que tal vez no podemos seguir el ritmo.
Es un nombre con grandes pretensiones, si me preguntan. Estoy convencida de que los artistas, aún los diletantes como yo, somos pretenciosos y, sin embargo, es un blog que me ha costado llenar porque… en la grandeza del universo, el arte que para mi lo es todo… mi ego sigue ocupando un lugar en el que no le permito ser vulnerable, al menos lo suficiente para sólo publicar esto, que tal vez nadie lo lea y que quede perdido.
Dicen que hay que escribir como si nadie nos fuera a leer, estoy segura de que lo vi en alguno de los vídeo cortos del internet y seguro que alguien más ha justificado esto en algún libro—por favor, díganme quién—No sé qué tan cierto sea, aunque en general, puedo decir que parece un gran consejo. Aunque yo lo leeré y, al igual que el universo en expansión, entrópico, la Tierra en sus estaciones cada vez más cambiantes, yo cambiaré… Me leeré en otros años, con suerte, o quizá en algunos días y bueno… tal vez no me guste. Tal vez me note tan diferente que termine odiándolo.
¿Y no es esa la belleza?
El constante cambio. La fatalidad de un instante que no dura, que por eso es bello y, además, la oportunidad que esto nos permite… No ser siempre los mismos, cambiar si podemos y, en el mejor de los casos, hacerlo, porque si somos parte de este gran todo cambiante… debe ser también parte de nuestra naturaleza. ¿No?
¿Entonces porque tener miedo? De escribir, de los nombres, de mi misma, si al final, es y soy una huella del TODO.